No estoy absolutamente derrumbada, ni ha pasado nada que me desgarre por dentro, ni siquiera he llorado (aunque los que me conocen saben de mi tendencia al llanto).
Hoy, simplemente, siento flojera en el alma. Y me ha dado por recordar esta película y estos versos: de Oliverio, que hacía mucho tiempo que no saboreaba:
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