Odio la literatura…, pero porque no la conozco

Al empezar el curso el año pasado, mis alumnos de Ámbito Sociolingüístico me lo dejaron claro: aborrecían la literatura. "Porque sí -era el argumento unánime- porque no me gusta leer y punto".
Era mi año de estreno en la docencia y no sabía cómo hacerles cambiar de opinión. La biblioteca del centro solo cumplía la función de aula de castigo, los planes de fomento a la lectura brillaban por su ausencia y mis intentos en el aula no producían ningún efecto.

Poco a poco, fueron dándole una oportunidad a la literatura y en esta apertura de miras fueron esenciales tres momentos. Primero, la visita de Crispín D´Olot, de la que ya he hablado. Segundo, la lectura en clase de “Demostración de la existencia de Dios”, el primer relato de Estaciones de paso, de Almudena Grandes. Les conmocionó a todos ese monólogo interior de un adolescente que, mientras ve un partido de fútbol, piensa en la pérdida de su hermano por una leucemia. Y por último, el momento en el que aceptaron, muy a su pesar al principio, que las canciones también son literatura.

Viendo que diferenciar los principales géneros literarios era una tarea casi imposible para ellos, preparé una selección de canciones que pudiesen ilustrar la narrativa, la lírica y el teatro de forma clara. Las analizamos en clase durante varios días y después organizamos una votación. Las seleccionadas por ellos como preferidas y como mejores ejemplos para el propósito perseguido fueron:

- Para el género narrativo: Pacto entre caballeros, de Joaquín Sabina y Planta 14, de Víctor Manuel
- Para el género lírico: Así estoy yo sin ti, de Joaquín Sabina y Por la boca vive el pez, de Fito y Fitipaldis
- Para el género dramático: La Tortura, de Shakira y Peor para el sol, de Joaquín Sabina

Con la música también trabajamos otro de sus grandes problemas: las figuras literarias. Viendo que en los distintos textos propuestos, les costaba muchísimo reconocerlas, preparé la canción de Fito, que a la mayoría les encantaba, y el resultado fue excelente. Aunque a muchas de las figuras no supiesen ponerles nombre, las explicaron todas de forma muy clara. En el documento simplemente se señala cada figura de una forma diferente en el texto, sin explicarlas de manera detallada, pero aquí os lo dejo, por si a alguien le sirve.
Análisis de figuras literarias en canción de Fito

No me engaño pensando que la situación en junio había cambiado por completo, pero al menos, sí se produjo una transformación en sus mentes y la mayoría de ellos admitió al final de curso que, la literatura no les parecía algo tan horrible como pensaban. De hecho, algunos con los que sigo teniendo contacto me dicen cosas que me hacen sentir muy feliz, como que han leído uno o dos libros este verano, “sin que nadie me obligue, profe” o que “odiaba la literatura, porque no sabía lo que era”.