jueves, 8 de septiembre de 2011

Al alumnado, ni tocarlo.

Imagen de Álvaro Zornoza
 
El otro día escuché el resumen de Hora25 (Cadena SER) en el que se condensaba la conversación que mantuvieron varios profesores de la enseñanza pública de Madrid acerca de los recortes que se han implantado en la Comunidad. "Esta vez tocan a los chavales y eso es sagrado", comentó uno de ellos. Y ese y no otro, es el quiz de la cuestión. 

No son dos horas de refuerzo, no se amplían los horarios, simple y llanamente se elimina un gran número de profesores. "No se eliminan, se dejan de contratar que no es lo mismo", acabo de escuchar en televisión. No van a trabajar con sus alumnos como lo hacían antes, ¿no? Pues entonces, se eliminan. Con la educación, ni demagogia, ni eufemismos. Las cosas claras. No habrá horas para que algunos profes puedan encargarse de las TIC, ni para que otros se ocupen de gestionar las actividades extraescolares. Todos los docentes tendrán su cupo cubierto. Los grupos se amplían a ratios desorbitadas, los profesores tendrán que impartir materias para las que no están especializados, se eliminan las tutorías en grupo... Estos y otros motivos, mejor explicados aquí, o de forma específica aquí, son los que llevan a la huelga. Es el alumno el que sale perjudicado y eso, no se permite. 

Cualquiera que conozca lo que es trabajar en un aula con chavales desmotivados, de los cuales muchos no quieren estar ahí, ni mucho menos trabajar tu asignatura, sabrá lo complicado que es llevar un grupo de 30 (he leído a compañeros en Twitter que van a tener 37). Cualquiera con dos dedos de frente podrá entender la necesaria labor de un orientador en un centro de secundaria (ahora algunos se tendrán que dedicar a impartir asignaturas como lengua o alternativa a la religión) Puedo jurar que preparar una clase que logre motivar a los adolescentes es muy difícil aun tratándose de una asignatura que dominas y te apasiona (¿cómo lograrlo con las que no controlas?) Los de lengua no podemos quejarnos pues ya nos ha recordado la señora consejera de educación de Madrid, Lucía Figar que los profes de Lengua podemos también dar Literatura (gracias, no conocíamos dato tan esencial)

Han querido poner a la sociedad en nuestra contra, pretenden manipular a la opinión pública y no tienen reparo en llevar a cabo sus planes de privatización, pero no podrán con nosotros. Nos lo tomaremos con humor o tal vez con indignación, pero eso sí: no dejaremos que perjudiquen a los chavales. 
El alumnado, a ver si se enteran bien, es sagrado.

6 comentarios:

  1. Muy buen resumen de la situación. No podemos dejar que la demagogia llegue a la educación.

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  2. Genial, un post con mucha fuerza y que hace mucha falta. En mi comunidad parece que de todo hacen una falla y con eso todo solventado, esta vez no va a ser menos, me temo. Antes de vacaciones hubo unas cuantas movilizaciones, pero cada vez íbamos menos. En realidad no les interesa la educación, ni los profes, ni como apuntas, los alumnos. Creo que en bachiller empezaré con el texto de Elvira Lindo: Profesores. A ver que pasa.

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  3. Muy bien, Inés, siempre comprometida y con fuerza y entusiasmo. Hay que dar ánimo a los compañeros y temernos lo peor en cursos venideros, pero siempre defenderemos nuestras convicciones, nuestros puestos de trabajo y, por encima de todo, la enseñanza pública, que es única que nos iguala a todos y nos da las mismas oportunidades.
    Saludos, compi.

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  4. Creo, Maru, que tristemente, la demagogia nos salpica por todas partes. Es una de las armas favoritas de políticos y tertulianos.

    Mª José, aquí somos bastante parados para las movilizaciones y lo cierto es que, de momento, los recortes no nos están afectando demasiado. Sí se notan, pero no son tan escandalosos como en Madrid. No sé hacia dónde vamos pero la situación pinta bastante mal. Se les llena la boca con lo fundamental que es la educación pero les importa muy poquito. Me parece buena elección el texto de Elvira Lindo. ¡Feliz inicio!

    Alberto, malos momentos para los trabajadores de la pública. No sé qué será de nosotros, los interinos, pero está claro que no podemos venirnos abajo. Quizá ahora menos que nunca. Ahora toca luchar, estar unidos y trabajar para el bien de nuestros alumnos y de la enseñanza pública, esa que como bien dices es la de todos. ¡Un abrazo fuerte!

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  5. A mí lo que me sorprende es que sigan pensando que nos quejamos sin motivo. Supongo que desde fuera todo se ve más bonito, menos complicado.
    Yo, mientras tanto, imagino que cualquier día, una de esas personas que se queja de lo poco que trabajamos, vendrá un día a mi centro a preguntarme por qué su hijo con necesidades educativas especiales no está debidamente atendido en el centro...
    Excelente post, Inés

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  6. Sí, Silvia, muchos ven nuestro trabajo como algo cómodo y sencillo, argumentando esa idea únicamente en el número de días de vacaciones. Además tienen una idea basada en sus épocas de estudiante y olvidan circunstancias que hoy son determinantes, como por ejemplo, la obligatoriedad hasta los 16 años o la inmigración.
    No me extrañaría que muchos padres que hoy no se dan cuenta de lo que quieren hacerle a la pública, vengan a pedirnos explicaciones a nosotros, los que ahora lo estamos denunciando. En fin...

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