La Consejería de Educación ha cambiado la empresa adjudicataria y un total de 26 trabajadores en Castilla y León han sido despedidos, entre ellos, como es obvio, las tres intérpretes de los centros de Burgos. No importa que el curso haya empezado, ni que conozcan las necesidades de los alumnos pues llevan tiempo con ellos, ni que se preocupen por realizar su trabajo de manera entregada. Lo que importa es obtener un servicio más barato, aunque esto implique peores condiciones para los nuevos contratados y para el día a día en el aula de esos alumnos.
Hace solo unos días, estuve en la despedida de Ana, Inés y Teresa, con indignación contenida, emoción patente y la esperanza de que pronto vuelvan a las aulas. Apenas he tratado con Teresa, pero la he oído hablar de sus niños del cole y con eso me basta para saber que no merece un despido, ni sus alumnos perderla. Con Inés disfruté de alguna que otra charla el curso pasado y la sensación es exactamente la misma, no es una persona de las que se debiera prescindir. Y a Ana, con la que sí he trabajado, basta con tratarla unos días para descubrir a una persona generosa, atenta, trabajadora, entregada y siempre, siempre, compañera.
No se me olvida la mirada y el abrazo que una alumna les dio cuando bajamos las escaleras, ni cómo se llevaron todos esos materiales que ellas mismas preparaban, ni lo injusto que es todo esto. Por eso quiero mandarles desde aquí todo mi cariño y mi apoyo, porque en una realidad que algunos se empeñan en medir únicamente en beneficios económicos, los que sabemos que hay cosas que importan más, debemos hacernos oír. Porque aunque parezca que no sirve de nada, creo que transmitir palabras de afecto en este mundo que a veces se muestra tan gélido, se convierte en una necesidad.
No se me olvida la mirada y el abrazo que una alumna les dio cuando bajamos las escaleras, ni cómo se llevaron todos esos materiales que ellas mismas preparaban, ni lo injusto que es todo esto. Por eso quiero mandarles desde aquí todo mi cariño y mi apoyo, porque en una realidad que algunos se empeñan en medir únicamente en beneficios económicos, los que sabemos que hay cosas que importan más, debemos hacernos oír. Porque aunque parezca que no sirve de nada, creo que transmitir palabras de afecto en este mundo que a veces se muestra tan gélido, se convierte en una necesidad.
Y como no quiero cabrearme más y no me va a doler menos, os dejo con la recomendación que Ana nos regaló para Kuentalibros (la única profe que le echó valor para hacerlo, por cierto). Aquí la tenéis.
Gracias Ana, por eso, por tus broncas cuando salíamos tan tarde a última hora, por las risas de los cafés, por tus botellas de agua y por ser como eres.
A las tres, un abrazo enorme y espero que tengáis mucha suerte. La merecéis.
¡Se me siguen retorciendo las entrañas cada vez que en este País se prescinde de gente buena en todos los sentidos!
ResponderEliminarNo es justo y solo espero que algún día los que nos gobiernen se den cuenta de las pérdidas humanas y emocionales que están provocando y los de abajo por fin digamos todos al unísono, "basta ya".
Mucha suerte para tus compañeras y para ti.
Besos
Maru
Muchas gracias Inés, por el tiempo que hemos compartido, por el apoyo y por estas palabras tan bonitas!! Un beso enorme y muchísima suerte para ti también.
ResponderEliminarUn besazo,
Ana
Pues la verdad es que no, que no se comprenden y, sobre todo, quienes nos las comprendemos nos indignamos y asistimos desolados al desmantelamiento de lo fundamental. Dolorosa deshumanización.
ResponderEliminarMuchas gracias, Maru y Javier, por comentar y así dejar patente vuestro apoyo.
ResponderEliminarAna, espero que pronto podamos darnos buenas noticias mutuamente. Un besazo
Hay demasiadas cosas ya que no se comprenden, que hacen que la indignación nos revuelva las tripas y que el cabreo hace que digamos cosas y deseemos cosas que hasta a nosotros mismos nos deshumanizan. Nos están desmantelando, están desmantelando nuestras vidas, nos están convirtiendo en esclavos...
ResponderEliminarSólo hay algunas notas positivas que hacen que nos aferremos a alguna esperanza, como tu premio. Te felicito de corazón, Inés. Si en un solo curso has conseguido esto, ¿qué no harías si te dejaran trabajar todos los años? Porque si recortan a personas como tú, nos recortan a todos.
Un beso muy grande a ti y a tus compis